martes, 16 de agosto de 2011

querido diario...

A su mano menuda no le quedaron ya mas fuerzas pa' amarrarse al universo. Miró atrás por vez primera, por si hubiese amaneceres que prestasen a su paso, pero la noche se le hizo eterna y el olvido se olvidó esperarla en el portal de sus abrazos.

No supe verla por dentro y no entendí de su lenguaje a veces... Tras las rejas unos ojos que se empañan. Y en Babel toda una vida que la hiere en el vaivén de su escapada.

Quizás pude hacer algo, quizás lo haga de nuevo, o quizás no supe buscar bien los alivios esparcidos al capricho de su boca. Yo solo quise verla aún mas allá de todo aquello. Allá donde la brisa le es caricia y prende besos en su talle. Allá donde no le rocen siquiera los despojos de su abismo y de su "nada". Allá donde quedaron despistados sus encantos, naufragó su desacierto y salpicaron con su risa mil verdades en su cara.

(...)

Pero nunca bajé de este barco... no mientras un mísero halo de vida quede en mí bajo la piel de su esperanza. Llevo conmigo el poniente y el levante a los costados y sigo acechando su norte a pesar de los jirones de lamento y la estocada.

No tuve miedo al destino. Ya me enfrenté al mismo invierno y lo haré a un ejército entero de demonios si hace falta. Por eso, no tengas miedo tú vida mía, que después de las tormentas siempre vuelven a dibujarse las laderas de tu calma.

Ya ves, de mi corazón forjé tu sino y lo he virado a mi horizonte. Puse mi alma en tu bolsillo y mil canciones a tu nombre... Que no te engañen los sentidos, te dejé la puerta abierta y mar abierto a cada puerto de verdad en mis renglones.

viernes, 12 de agosto de 2011

silbidos... (a Ramón Gómez)

¿Sabes? No ando lejos...
Es difícil de explicarte pero... tan solo me hice parte en lo invisible.
Y ahora... ahora soy del tiempo cual espacio siempre eterno en sus raices.

¿Sabes que aquí puedo dibujar horizontes?
Pinto azar con acuarelas, vierto azules en el aire y entonces...
entonces miro alrededor y de instante aparece tu nombre, siempre aparece tu nombre...

(silencio)

Ya no importa tanto, la verdad no tuve miedo, y tú...
no me gustó nunca la tristeza, ya lo sabes.
y a tí se te escapó la risa en el descuido de encontrarme.

No temas, vi tu abrazo de regreso y ya ves...
no hay tormentas que me puedan, ni oleajes que me paren,
sigo siendo puerto viejo a mar abierto en tus verdades.

(...)

Mil esperas no bastaron por cada vuelta a casa.
Tras el portazo... silbidos y después...
siempre una sonrisa se adivinaba en mi cara.

Todavía sonrío cuando te escucho de lejos...

Fuiste mis pies y mis manos, mi voz y mi calma... gracias!
quizás no pude decírtelo de otra manera, aunque quizás jamás hizo falta.

Supiste dibujarte en cada línea de mi mano y yo guardé todo de ti en mi equipaje.

No hay adios si no hubo ida, ahora que vine pa' quedarme.


"jamás vi un cariño tan especiál entre un abuelo y su nieta... para ella fue más aun que un padre. Amor en mayúsculas diría yo. Fueron los días mas duros de su vida y éste fue mi intento por aliviar su invierno mas frío..."

A ti cariño. Por una vida llena de sonrisas. No desesperes, las vi a lo lejos, ya vienen de vuelta a tu boca...