viernes, 12 de agosto de 2011

silbidos... (a Ramón Gómez)

¿Sabes? No ando lejos...
Es difícil de explicarte pero... tan solo me hice parte en lo invisible.
Y ahora... ahora soy del tiempo cual espacio siempre eterno en sus raices.

¿Sabes que aquí puedo dibujar horizontes?
Pinto azar con acuarelas, vierto azules en el aire y entonces...
entonces miro alrededor y de instante aparece tu nombre, siempre aparece tu nombre...

(silencio)

Ya no importa tanto, la verdad no tuve miedo, y tú...
no me gustó nunca la tristeza, ya lo sabes.
y a tí se te escapó la risa en el descuido de encontrarme.

No temas, vi tu abrazo de regreso y ya ves...
no hay tormentas que me puedan, ni oleajes que me paren,
sigo siendo puerto viejo a mar abierto en tus verdades.

(...)

Mil esperas no bastaron por cada vuelta a casa.
Tras el portazo... silbidos y después...
siempre una sonrisa se adivinaba en mi cara.

Todavía sonrío cuando te escucho de lejos...

Fuiste mis pies y mis manos, mi voz y mi calma... gracias!
quizás no pude decírtelo de otra manera, aunque quizás jamás hizo falta.

Supiste dibujarte en cada línea de mi mano y yo guardé todo de ti en mi equipaje.

No hay adios si no hubo ida, ahora que vine pa' quedarme.


"jamás vi un cariño tan especiál entre un abuelo y su nieta... para ella fue más aun que un padre. Amor en mayúsculas diría yo. Fueron los días mas duros de su vida y éste fue mi intento por aliviar su invierno mas frío..."

A ti cariño. Por una vida llena de sonrisas. No desesperes, las vi a lo lejos, ya vienen de vuelta a tu boca...

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